La invasión de los vehículos eléctricos chinos en los puertos de Europa
Una espera prolongada para los consumidores
Europa se está convirtiendo en un punto de anclaje masivo para los coches eléctricos procedentes de China, provocando notables retrasos en la entrega a los clientes.
El flujo de estos vehículos chinos hacia el continente europeo llama la atención y plantea cuestionamientos dentro de la Unión Europea, que muestra preocupación por esta nueva ola de importaciones.
El mayor exportador mundial de coches eléctricos
China se ha erigido como el líder indiscutible en la exportación de coches eléctricos a nivel mundial, ya se trate de fabricantes locales o internacionales como Tesla, que ensamblan sus modelos allí.
Como reacción, algunas medidas, como la eliminación del bono ecológico francés para estos vehículos, se han implementado intentando frenar esta importación masiva.
El congestionamiento de los puertos europeos
Los puertos europeos se encuentran inundados de vehículos chinos parados, que permanecen estacionados durante meses antes de llegar a su destino final. Normalmente, tras la descarga, estos vehículos deberían ser rápidamente despachados a través del continente, pero la realidad es bien distinta con retrasos crecientes en el transporte.
Esta situación recuerda al escándalo de los «cementerios» de coches eléctricos en China, pero aquí las causas son diversas, principalmente atribuibles a complicaciones logísticas. Entre estos obstáculos, se encuentra la escasez de camioneros, esenciales para transportar y distribuir estos vehículos, causando un cuello de botella en los procesos de entrega.
Prioridades y tácticas diferentes entre fabricantes
Las marcas europeas parecen gozar de una preferencia en el manejo logístico en comparación con las marcas chinas, ante quienes la Unión Europea continúa endureciendo su postura. Paralelamente, Tesla está haciendo esfuerzos considerables para optimizar la distribución de sus vehículos, procedentes de sus fábricas chinas y estadounidenses, en Europa.
Los fabricantes chinos, por su lado, parecen usar los espacios de almacenamiento portuarios como zonas de almacenaje a largo plazo, con algunos vehículos que permanecen en el lugar durante meses antes de ser enviados a los puntos de venta. El almacenamiento en puerto cuesta significativamente menos que mantener los modelos no vendidos en los concesionarios.
¿Una posible estrategia para inflar las cifras de ventas?
La pregunta permanece sobre si esta predominancia de los coches eléctricos chinos en Europa no es el resultado de una táctica destinada a inflar artificialmente las estadísticas de ventas. Aunque esto no ha sido demostrado, la desproporción entre el volumen de exportaciones y el de las matriculaciones invita a la reflexión.